Luca

Luca es un Bárbaro del reino de Syrtis, en el mágico mundo virtual del juego Regnum On Line, de la empresa argentina NGD Studios.

Luca odia su rojo pelo, y este es el relato de sus aventuras en clave de humor.

(habilité los comentarios anónimos, así que escriban sin miedo... )

Capítulo XXX: - Recompensa

Veloz sombra bajo los frondosos árboles, se desliza en bravo galope, la fornida figura del fiel caballo Churro. Estoico empuja su ímpetu salvaje, atravesando el añoso bosque rumbo al mercado central, centro social, comercial, y porque no decirlo también de esparcimiento en Zona de Guerra, donde podía conseguirse desde costosas magnanitas, a un gratuito e irresponsable momento de colectiva danza.

Desde lo alto de la loma, Luca divisa un nutrido grupo de gente arremolinandose frente al mercado. Seguramente, piensa, delineando alguna nueva estrategia para vencer a los eternos enemigos. Entusiasmado se acerca a la concurrencia, para comprobar, una vez más, lo equivocado de sus suposiciones.

En el centro del bullicioso rejunte, un exaltado bárbaro ostenta una reluciente espada dorada, brillante al sol, como el mismísimo sagrado y ardiente cabello de un Adh - Min. Los enrojecidos ojos del sujeto, desorbitados se pasean entre los curiosos, con un brillo de inocultable locura.

- ¿ Que pasa ? - pregunta el pelirrojo, inquieto ante la perdida expresión del guerrero
- Nada... es el que ganó el arma del evento...

Luca suspira. De todas las extrañas cosas que habían pasado en su corta, pero intensa, existencia, este último acontecimiento había sobrepasado sin dudas, la escasa capacidad de comprensión del pelirrojo. Era, a su entender, algo relacionado con alguna épica contienda entre Ush - Ers (aquellos poderosos seres que controlaban los más profundos impulsos de los habitanes del reino) que tenía lugar en su propio y misterioso plano de existencia.
Recuerda su asombro al ver el primer enemigo ( o al menos asi lo creyó, al ver los colores azul y blanco distintivos del helado de reino de Alsius ) con esa extraña túnica, (si es que así podía llamasele, ya que apenas llegaba a cubrir la zona donde la espalda pierde su honesto nombre) y aquellos minúsculos pantaloncillos, más acordes al atuendo de una artista del Emporio de las Bailarinas, que al de un feroz combatiente, ya que dejaban impúdicamente a la vista las desagradablemente peludas, en este caso, piernas del sujeto.

Se había acercado velozmente desde sus espaldas, y con un violento puntapié lo había derribado, y mientras se preparaba a ultimarlo con un bestial golpe, justo a tiempo oyó el contrariado y amargo reclamo del yacente contrincante.

- Pará pelotudo... ¿ Que hacés ?

Atónito bajó su lanza, contemplando como se levantaba sacudiendose el polvo del extraño atuendo, su viejo amigo Albus Camus, magno tirador, infatigable luchador, único poseedor de los efímeros poderes de la Gema del Dragón.
Le había costado horrores, en esos días, abstenerse de atacar a sus aliados, indistinguibles bajo rojas vestiduras, así como prevenirse del acoso de los enemigos, que embozados en verdes disfraces, se le figuraban como luchadores de su propio reino.

Al fin el extraño e irreal fervor combativo que habia sacudido la Zona de Guerra, había terminado, y los Adh - Mins, en sus insondables designios, había decidido premiar a los más dedicados combatientes, asi como castigar a algunos codiciosos que habían urdido ilegales convenios y artimañas para tratar de obtener inmerecidas recompensas.

El desdemedido afán por conseguir alguna ventaja material, había penetrado hondamente en el heroico mundo del RA, sobre todo desde la aparición de las gemas, objeto de pasión desmesurada, motivo de interminables pregones voceados en muralla, causa de agrias disputas, falaz cebo de oscuros timadores para atraer incautos a sus despiadadas garras.

- Es de putos usar gemas - se resistía el bárbaro - El macho, macho, pega con lo que tiene. - se consolaba mirando su lanza de pico de grifonita.

El sonido de las voces próximas, lo saca de sus reflexiones, mientras escucha al extasiado poseedor del premio balbucear.

- Hace 5 días que no duermo... jeje... avancen... errepes... pepedos... - un hilo de baba cae de su boca mientras acaricia el filo del arma - corten sus cabezas ! - grita, arengando en vano a la multitud - 14 de punzante... daño mágico... mi espada... mi tesssoro....

Luca lo contempla por un momento, y de pronto, asombrado, detiene su frenético deambular y le pregunta.
- Che... ¿ No es de una mano esa espada ?

Una vez más, un desgarrado y agónico lamento, atraviesa el límpido cielo del verde reino.

- La Puta Madre !!!!

1 comentario:

Karinthos dijo...

Hola Luca! muy buena esta entrada jaja, muy bien pensado el chiste con los barbas :)

"Es de putos usar gemas - se resistía el bárbaro - El macho, macho, pega con lo que tiene. - se consolaba mirando su lanza de pico de grifonita"

JAJAJAJA

aguante siggfried el mirmidon que se ganó la espada de oro!!

Saludos.

Atte
Karinthos